La administración Trump ha tomado medidas drásticas contra las aerolíneas mexicanas al imponer nuevas restricciones a los vuelos desde México, en un contexto de tensiones relacionadas con las rutas aéreas entre Estados Unidos y México. El secretario de Transporte, Sean Duffy, ha argumentado que las acciones del gobierno mexicano, que obligan a las aerolíneas a operar desde el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en lugar del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, violan acuerdos comerciales entre los dos países y crean una ventaja desleal para las aerolíneas mexicanas.
La decisión de Duffy de implementar nuevas regulaciones significa que todas las aerolíneas mexicanas deberán presentar sus horarios al Departamento de Transporte de Estados Unidos y obtener su aprobación para operar vuelos, una medida que permanecerá en vigor hasta que el Departamento esté satisfecho con el trato de México hacia las aerolíneas estadounidenses.
Estos cambios también han afectado a Delta Air Lines y Aeroméxico, que han estado en medio de una disputa por su alianza estratégica. Las aerolíneas han advertido que la cancelación de su asociación podría tener graves repercusiones económicas y afectar a cientos de rutas y miles de empleos, así como el turismo y las economías de ambos países. Delta ha enfatizado que las acciones punitivas hacia su alianza no solo perjudicarían a las aerolíneas, sino también a los consumidores y a las comunidades que dependen de este tráfico aéreo.
La situación genera incertidumbre sobre cómo afectará las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México, especialmente en un contexto más amplio de tensiones comerciales que han estado en aumento. A pesar de la gravedad del asunto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no ha comentado sobre las restricciones impuestas el sábado.