El incidente que ocurrió en Chilpancingo es un claro reflejo de la creciente violencia relacionada con grupos criminales en la región. El ataque, donde hombres armados incendiaron una Urvan de transporte público, dejó a cuatro mujeres, incluidas dos menores de edad, con quemaduras, marcando un día de caos y temor en la ciudad.
Autoridades locales, encabezadas por el alcalde Saúl Alarcón Herrera, han hecho un llamado urgente al gobierno estatal y federal para solicitar apoyo en la protección de los ciudadanos. Este ataque no solo afectó la movilidad de las personas, sino que también llevó a la suspensión parcial del transporte público y de actividades escolares en la zona.
Los reportes indican que la primera agresión se produjo a las 3:30 a.m., cuando un bus de la ruta Chilpancingo – Colotlipa fue incendiado en una zona estratégica de la ciudad. Esta situación forzó a transportistas de diversas rutas a establecer bases provisionales fuera de la ciudad, evidenciando la falta de seguridad que sienten al operar en este entorno.
Además, el gobierno municipal ha implementado medidas de emergencia ofreciendo transporte a los ciudadanos mediante patrullas de Protección Civil, Bomberos y Policía Preventiva para asegurar su traslado al centro de la ciudad. La violencia en esta región continúa siendo un desafío considerable, con repercusiones severas para la vida cotidiana de los habitantes.