El artículo de Proceso destaca la discrepancia entre los altos salarios de algunos alcaldes en Hidalgo y la grave situación de pobreza en los municipios que administran. A pesar de que la alcaldesa de Almoloya, María Marina Ramírez Sánchez, tiene solo secundaria como máxima formación académica y gestiona un municipio donde el 50.2% de la población vive en condiciones de pobreza, su compensación mensual bruta se sitúa en 51 mil 852 pesos. Luego de impuestos y deducciones, le quedan cerca de 41 mil 756 pesos al mes.
Esto contrasta significativamente con el ingreso promedio de los campesinos de la región, quienes ganan aproximadamente 281.42 pesos diarios, lo que equivale a alrededor de 8,442.60 pesos al mes antes de impuestos. Esto coloca el salario de la alcaldesa en más de cinco veces lo que ganan los trabajadores del campo en su municipio, subrayando la creciente desigualdad social dentro de una de las entidades más pobres de México, donde el promedio estatal de pobreza alcanza el 41% y en algunos municipios supera el 50%.