La reunión del G7 en Banff, Alberta, Canadá, enfrenta un contexto tenso y desafiante debido a las recientes políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha impuesto aranceles significativos que afectan a varios de los miembros del grupo. Este encuentro, que incluye a ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de las naciones más ricas, se prevé complicado, ya que las diferencias en cuestiones comerciales pueden obstaculizar los esfuerzos por llegar a un consenso.
Canadá, como anfitriona, se encuentra particularmente en medio de un conflicto, ya que, además de los aranceles del 25% en las exportaciones de automóviles a Estados Unidos, se enfrenta a tensiones en su relación comercial con el país vecino. Por otro lado, otros miembros del G7 como Francia, Alemania e Italia también están lidiando con aranceles del 10% en sus exportaciones a EE. UU. como parte de las políticas de la Unión Europea.
Francois-Philippe Champagne, el ministro de finanzas de Canadá, ha subrayado la importancia de un sistema comercial multilateral que beneficie a todos, y se espera que haya intentos de diálogo por parte de los ministros para abordar estas cuestiones. Sin embargo, se anticipa que el ambiente no será propicio para acuerdos comerciales significativos, especialmente debido a las interacciones limitadas y la naturaleza tensa de las relaciones actuales.
En conclusión, aunque la reunión podría abordar temas importantes como la inflación y las repercusiones económicas de la pandemia, las diferencias en políticas comerciales y arancelarias son factores que probablemente marcarán el tono de este encuentro del G7 en 2023.