El asesinato de Gabriel Hernández Tovar, empresario y activista del Colectivo 10 de Marzo A.C., ha conmocionado a la comunidad local y a organizaciones de derechos humanos. Su muerte se produjo de manera violenta la noche del miércoles en Reynosa, donde fue interceptado por un grupo armado mientras conducía su camioneta. Los detalles del crimen indican que fue perseguido y disparado, lo que llevó a que perdiera el control del vehículo y terminara en un canal de aguas residuales.
Hernández Tovar era bien conocido por su trabajo en la búsqueda de personas desaparecidas y su lucha por los derechos de las víctimas de secuestro. Su propia experiencia de haber sido secuestrado por el Cártel del Golfo en mayo de 2021 lo llevó a documentar casos de desapariciones y ejecuciones. A pesar de haber solicitado protección al Estado, esta le fue negada recientemente, solo días antes de su asesinato, un hecho que ha provocado indignación y preocupación entre sus colegas y aliados.
El caso ha resaltado las deficiencias en la protección de activistas en México, un país que enfrenta serios desafíos en cuanto a la seguridad de defensores de derechos humanos. La Fiscalía General de Justicia del Estado ha comenzado a investigar el caso, pero el colectivo y otras organizaciones han señalado la crítica falta de apoyo y protección que enfrentan. Esto pone de relieve un patrón de violencia y la necesidad urgente de mejorar las medidas de seguridad para quienes trabajan en la defensa de derechos fundamentales.