Luis Justo Herrera, un ganadero de 75 años y parte de una notable dinastía de líderes locales en la región Costa Chica de Guerrero, fue asesinado a disparos al salir de su rancho, llamado Los dos potrillos. Durante el ataque, que ocurrió alrededor de las 13:20 horas, también fue muerto su escolta, un hombre que lo acompañaba en ese momento.
El rancho se encuentra ubicado frente a un crucero en la carretera que conecta Juchitán con Azoyú. Un grupo de hombres armados llegó al lugar y abrió fuego contra Herrera y su chofer. Este crimen generó una respuesta rápida por parte del gobierno estatal, encabezado por la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien ofreció apoyo a la familia de la víctima y desplegó a personal de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Fiscalía General del Estado para investigar el caso.
Tras el incidente, la Fiscalía informó sobre la detención en flagrancia de dos hombres implicados en el homicidio; estos fueron arrestados en la carretera Azoyú-Juchitán, cerca del lugar del ataque, y se les incautaron dos armas y un vehículo.
El asesinato de Luis Justo Herrera fue condenado públicamente por líderes del PRI en Guerrero, quienes lo recordaron como el padre de Luis Justo Bautista, actual presidente municipal de Azoyú.