La protesta en Baja California, que se unió a la manifestación nacional organizada por el Movimiento del Sombrero y la Generación Z, reunió a ciudadanos de cinco municipios: Tijuana, Mexicali, Ensenada, Tecate y Playas de Rosarito. Los participantes alzaron sus voces contra la violencia y el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, al grito de “¡Narcoestado!” y “¡Él no murió, el gobierno lo mató!”. Además, llevaron a cabo una serie de acciones como barricadas, bloqueos de vías principales y marchas, todas con un tono de reivindicación en medio del “hartazgo social”.
La protesta estuvo marcada por la simbología del sombrero, en honor al alcalde asesinado, e incluyó vestimenta y banderas inspiradas en el ánime “One Piece”, con la calavera y el sombrero de paja que simbolizan la lucha contra la corrupción y la opresión.
En Tijuana, la movilización comenzó en la Glorieta Cuauhtémoc y avanzó hasta el palacio municipal, donde se pudo ver un ataúd cubierto con una lona que hacía alusión a Manzo y se portaban mensajes que reflejaban el descontento ciudadano, como “En México no mueren, los matan” y “Yo también quiero vivir en el México de las mañaneras. #NoSomosBots”.
En Mexicali, a pesar de la intervención de algunos encapuchados que intentaron derribar barricadas en el Poder Ejecutivo Estatal, la mayoría de los manifestantes reiteraron su intención de mantener el carácter pacífico de la protesta. La jornada evidenció el desasosiego y la demanda de justicia de una comunidad que busca visibilizar su situación y clama por un cambio en la política y la seguridad del país.