Lamentablemente, la situación en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se agudizó y se tornó caótica. Durante el debate, la senadora Lilly Téllez reiteró su llamado a la intervención de Estados Unidos, lo que provocó un fuerte rechazo por parte de los senadores de Morena, quienes consideraron que este tipo de solicitudes atentan contra la soberanía nacional.
En medio de acusaciones y descalificaciones, los ánimos se caldearon, lo que desencadenó un enfrentamiento físico entre algunos legisladores. La seguridad tuvo que intervenir para controlar la situación, pero no sin antes dejar varios lesionados.
La discusión se centró no solo en el planteamiento de Téllez, sino también en las posturas de los partidos involucrados, que reflejan las profundas divisiones políticas en el país. Tanto el PRI como el PAN defendieron su posición, argumentando que la inseguridad y la violencia en México requieren medidas drásticas, mientras que los miembros de Morena criticaron abiertamente cualquier insinuación de intervención extranjera como una traición a la patria.
La sesión, que prometía ser un espacio para el diálogo, se convirtió en un campo de batalla verbal y físico, dejando en evidencia la polarización actual en la política mexicana. La imagen del Congreso como un lugar de debate constructivo se vio gravemente afectada. Por su parte, Fernández Noroña concluyó su intervención con un llamado a la unidad y a resolver los problemas internos sin recurrir a la ayuda de fuerzas extranjeras. La tensión reflejada en este evento sugiere que el próximo periodo legislativo no será menos conflictivo, con una agenda marcada por la confrontación y el debate intenso.