El conflicto en Puente Madera, Oaxaca, ha estado marcado por la lucha de la comunidad zapoteca por la justicia y la defensa de sus derechos. La Asamblea Comunitaria ha expresado una fuerte oposición a la criminalización y persecución judicial de su líder, David Hernández Salazar, quien ha enfrentado múltiples procesos legales a pesar de haber sido absuelto en dos ocasiones.
La comunidad denuncia que no solo su líder es objeto de represalias por parte de las autoridades, sino que la agencia municipal también está siendo afectada a través de la retención de recursos federales. Esta situación ha llevado a la Asamblea a hacerse un llamado a la opinión pública, enfatizando que no habrá paz ni reconocimiento de su cultura, como la Guelaguetza, sin justicia y libertad para sus pueblos.
A pesar de las decisiones judiciales que han favorecido a Hernández Salazar, la continua insistencia de las supuestas víctimas en recurrir a instancias legales ha mantenido la incertidumbre en torno a su situación. La comunidad se encuentra en una lucha constante no solo por la liberación de su líder, sino también por la defensa de sus derechos y recursos en un contexto donde la autoridad municipal parece ignorar sus demandas y necesidades.
La situación en Puente Madera evidencia los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas en México, especialmente en cuanto a la protección de sus líderes y el acceso a recursos que les permitan desarrollar su vida comunitaria. La resistencia de la comunidad es un símbolo de su deseo de ser escuchados y de obtener una verdadera justicia.