El Congreso del Estado de Guanajuato aprobó reformas que avanzan en el reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual y de género, incluyendo el matrimonio igualitario y la prohibición de los llamados "Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género" (ECOSIG). Aunque estas reformas representan un significativo progreso para la comunidad LGBT, las iniciativas relacionadas con la despenalización del aborto y la autonomía reproductiva fueron nuevamente desechadas.
La decisión de discutir los temas de matrimonio igualitario y ECOSIG, junto con la controversia sobre el aborto, llegó tras el insistente empuje de colectivas feministas y grupos de la comunidad LGBT, además de la presión interna en el propio PAN. Este partido había sido históricamente reacio a tratar estos temas, pero se vio obligado a abordar la discusión debido a la movilización social y las críticas a su proceder legislativo.
A pesar de que los dictámenes sobre el aborto estaban listos para ser discutidos, la falta de su inclusión en la agenda llevó a situaciones tensas en la sesión, incluyendo acusaciones de "madruguete legislativo". La diputada del Movimiento Ciudadano, Sandra Pedroza Orozco, destacó la falta de tiempo adecuado para revisar los documentos, lo que generó un clamor entre algunos panistas para que se leyera el contenido completo de las reformas propuestas, lo que resultó en un momento notable cuando se dio cuenta de que el dictamen sobre el matrimonio igualitario contaba con 100 hojas.
En conclusión, aunque se logró un avance significativo en materia de derechos LGBT, la lucha por los derechos reproductivos y la despenalización del aborto sigue siendo un desafío en Guanajuato.