La situación de inseguridad en Michoacán ha afectado el Proceso Electoral del Poder Judicial, con la instalación de casillas interrumpida en varios lugares y la votación suspendida en otras. En total, cinco casillas no se instalaron debido a riesgos de seguridad, y tres más debieron detener la votación antes de que concluyera la jornada electoral.
En Zitácuaro, los disparos de arma de fuego llevaron a la suspensión de las votaciones en tres casillas, aunque las detonaciones no ocurrieron directamente en sus alrededores, según el presidente del Consejo local del INE, David Alejandro Delgado Arroyo. La inseguridad ha sido tal que, dos días antes de las elecciones, se canceló la instalación de cuatro casillas en Tuzantla y Tacámbaro, ya que los funcionarios designados para encargarse de ellas renunciaron por miedo a represalias de grupos criminales.
Los funcionarios expresaron sentirse amenazados, lo que llevó a su baja como medida de precaución. Las casillas que no se pudieron instalar estaban ubicadas en diversas localidades de esos municipios, reflejando un entorno tenso que ha dificultado el desarrollo normal del proceso electoral. Además, se presentaron denuncias sobre irregularidades, como el uso de acordeones por parte de algunos electores, y se reportaron actos de intimidación a periodistas que cubrían la elección.