La situación de la tortura en México es alarmante, tal como lo destaca el reciente informe de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT). Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), se denunciaron más de 2,800 casos de tortura que involucraron a más de 3,500 víctimas. Este contexto ha llevado a que México sea clasificado como un país con un "riesgo alto" de tortura y otros malos tratos, situándose entre los 13 países con mayores riesgos en el Índice Global de la Tortura 2025.
El informe revela que la tortura en México se presenta como una práctica generalizada, en gran parte debido a la impunidad que rodea a estos actos. Según los datos recopilados, de las 4,592 carpetas de investigación por tortura abiertas en 2023, solo 18 han llegado ante un juez, lo que ilustra un preocupante 0.1% de judicialización. Además, sólo se emitieron 8 sentencias condenatorias por tortura y malos tratos en ese año.
Las organizaciones civiles han señalado que muchas víctimas carecen de acceso a una defensa adecuada y, frecuentemente, son disuadidas por los mismos agentes de policía de presentar denuncias. Esto genera un ciclo difícil de romper en el que la impunidad y la falta de justicia perpetúan la violación de derechos humanos. La OMCT destaca la necesidad urgente de abordar estos problemas y mejorar la situación de los derechos humanos en el país.