La Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue tomada por un grupo de encapuchados el martes 4 de noviembre, justo un día después de haber reanudado las clases presenciales. Esta acción fue parte de una protesta en respuesta a las insuficientes medidas de seguridad que consideran están implementadas en el campus, especialmente tras el asesinato reciente de un estudiante en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur.
A raíz del ataque que resultó en la muerte de un estudiante y dejó a otro herido, la comunidad estudiantil ha estado expresando su descontento con lo que consideran una falta de protocolos de seguridad adecuados en la UNAM. Aunque se habían tomado algunas medidas, como la instalación de más cámaras de seguridad y otros dispositivos, la situación ha continuado generando inquietud.
La dirección de la Facultad, liderada por Carlos Amador Bedolla, reafirmó su compromiso con el diálogo y la unidad para abordar los actos de violencia. A su vez, hizo un llamado a los docentes para que mantengan comunicación con los estudiantes y busquen nuevos acuerdos sobre la evaluación académica, en un intento por manejar la crisis actual.