La reciente sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) dejó al descubierto las tensiones y conflictos internos que han marcado su funcionamiento. Durante la reunión del 31 de octubre, los consejeros no lograron alcanzar una mayoría calificada, lo que resultó en la anulación de 16 de los 44 cargos destinados a los institutos electorales estatales.
El consejero Uuc-kib Espadas comentó sobre el "clima de confrontación" que ha predominado en el INE durante los últimos dos años y medio, sugiriendo que este ambiente perjudica la capacidad del consejo para operar de manera efectiva. La presidenta Guadalupe Taddei y su grupo defendieron su enfoque en el proceso de selección de candidatos, argumentando que prefirieron no buscar "consensos artificiales". Sin embargo, sus opositores criticaron la falta de reuniones para discutir los candidatos, lo que contribuyó a la ausencia de acuerdos en la sesión.
A pesar de los intentos de varios consejeros como Carla Humphrey Jordan, de convocar reuniones fuera del horario laboral para facilitar el consenso, la falta de compromiso y coordinación resultó en un proceso electoral fallido en esta ocasión. Esto dejó a muchos en el INE preocupados por el futuro del organismo y la efectividad de su labor electoral en un contexto ya de por sí complicado.