Clara Brugada, tras asumir la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, enfrentó un día complicado debido a sus problemas de cadera, derivados de una operación previa. A pesar de su condición, llegó al Congreso de la Ciudad para su toma de protesta, utilizando un bastón, aunque se apoyó en varias personas para caminar.
Durante su llegada al Teatro Metropólitan, optó por entrar por una entrada más cercana al escenario debido a su dificultad para subir escaleras. El momento más desafiante fue cuando, entre un ambiente festivo lleno de zanqueros y batucadas, tuvo que subir a un carrito de golf para recorrer las nueve cuadras hasta el Zócalo. A pesar de ir apoyada en el brazo del conductor del vehículo, tuvo que permanecer de pie durante el trayecto, lo que complicó su equilibrio y, a su vez, la conducción.
Su recorrido estuvo adornado con un arco florido típico de las fiestas de Iztapalapa, reflejando el estilo festivo del evento "Caravana por la Ciudad de la Transformación", que marcaba el inicio de su gestión. Detrás de ella, en el carrito, viajaban algunas de las integrantes de su gabinete, quienes la apoyaron durante su campaña. La situación dejó ver los retos que enfrenta Brugada en el inicio de su mandato, tanto por su salud como por las exigencias de su nueva posición.