La trágica historia de Abel Gómez Domínguez, un policía municipal de 39 años, ha conmovido a la comunidad de Baja California. El pasado domingo, mientras participaba en el XXII Medio Maratón Internacional Powerade Ensenada 2025, sufrió un desvanecimiento y fue trasladado a la Clínica 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde fue declarado muerto.
Abel Gómez era un padre que luchaba incansablemente por justicia para su hija, Marlén Gómez Zepeda, una joven atleta de 15 años que fue atropellada el 20 de enero del presente año por una unidad de transporte público que se pasó un alto. Desde aquel trágico incidente, él y su esposa, Laura Zepeda, se habían convertido en fervientes activistas, persiguiendo respuestas y justicia ante la falta de acción de las autoridades.
La familia enfrentó numerosos obstáculos, incluyendo la negación de la empresa de transporte y la aseguradora Quálitas para cubrir los gastos médicos de Marlén, lo que exacerbó su lucha por la justicia. Además, Abel había denunciado irregularidades y corrupción en el manejo del caso, ya que se negaban a aceptar pruebas cruciales, como videos que documentaban el atropello.
Apenas unos días antes de su muerte, Abel había asistido a una protesta en el Congreso del Estado de Baja California, donde exigía a la fiscal general del estado que se abordara de manera adecuada el caso de su hija. Su trágico fallecimiento no solo pone de luto a su familia, sino que también plantea interrogantes sobre el sistema de justicia y la atención a víctimas de accidentes en el estado. La comunidad, sin duda, sentirá su ausencia tanto por su rol como policía como por su dedicación incansable a la causa de su hija.