El caso del agente de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, Irving H. C., ha generado controversia y protestas debido a la calificación del delito por el que fue vinculado a proceso. Según la información, el agente enfrenta cargos de homicidio culposo tras la muerte de su colega Bernardino C. C., quien murió el 7 de agosto por un disparo en la frente.
El incidente ocurrió en un domicilio en Pachuca, donde, aunque había más personas presentes, solo los dos agentes estaban en la escena en el momento del disparo. Testigos en la colonia informaron que vieron a un hombre con uniforme policial huyendo del lugar después de escuchar los disparos.
La esposa de Bernardino ha expresado su descontento con la forma en que se han presentado los cargos, exigiendo una sanción más severa para Irving, a quien acusa de privar a su esposo de la oportunidad de estar con su hija. La defensa del acusado argumenta que Bernardino pudo haber disparado su propia arma, buscando así deslindar a Irving de la responsabilidad del disparo que resultó fatal.
El juez ha decidido mantener a Irving H. C. en prisión preventiva mientras se lleva a cabo la investigación, que tiene un plazo de tres meses para su conclusión. La familia de la víctima ha señalado irregularidades en el proceso de entrega del agente, creando más tensión en la situación. Este caso resalta no solo la complejidad de la relación entre los cuerpos de seguridad, sino también las emociones y exigencias de justicia en la comunidad afectada.