La situación de Osmán Iván Rubio Bonilla resalta preocupaciones significativas sobre la justicia y los derechos humanos en México. A pesar de haber sido absuelto de homicidio después de casi 15 años en prisión, se enfrenta a la difícil realidad de seguir encerrado debido a otros cargos que, según organizaciones de derechos humanos, se basan en confesiones obtenidas bajo tortura. Esta situación ha llamado la atención de organismos como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y la Organización Mundial Contra la Tortura, que denunciaron las prácticas de tortura y la falta de acción por parte de las autoridades.
La falta de una orden de aprehensión en su detención inicial y las graves alegaciones de tortura durante su captura subrayan preocupaciones sobre la justicia penal y el racismo institucional en el sistema. Frayba destaca que la continuidad de su encarcelamiento no solo es injusta, sino también una violación de sus derechos humanos básicos.
Las exigencias de liberación inmediata e incondicional y la atención de la comunidad internacional son pasos importantes hacia el reconocimiento de la gravidad de su situación y la necesidad de reformar las prácticas del sistema de justicia en Chiapas y México en general.