Napoleón Gómez Urrutia y Martín Esparza Flores, figuras destacadas y controvertidas del sindicalismo en México, han hecho una solicitud al gobierno de Claudia Sheinbaum para adelantar la implementación de la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, proponiendo que se inicie en 2027 en lugar de 2030. Durante un foro sobre este tema, Gómez Urrutia, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, defendió un enfoque gradual que incluiría una reducción inicial de 4 horas en 2026, acompañada de incentivos fiscales y apoyo técnico.
Gómez Urrutia argumentó que la baja productividad en el país no se debe a la falta de esfuerzo de los trabajadores, sino a las condiciones laborales deficientes y a un sistema que perpetúa la precariedad. Señaló que muchos trabajadores enfrentan largas jornadas y salarios inadecuados, lo que contribuye a la percepción de baja productividad. Aseguró que con la implementación de una jornada laboral más corta, "nadie perderá su salario" y que todos los involucrados saldrán beneficiados. Esta propuesta ya ha generado un debate, especialmente por parte de las cámaras empresariales que han expresado su rechazo a la medida.