El Gobierno de la Ciudad de México clausuró una fiesta clandestina de Halloween que se estaba llevando a cabo en la colonia Santa María Insurgentes, en la alcaldía Cuauhtémoc. Se estima que el aforo superaba las tres mil personas. La operación fue conducida por el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) y apoyada por la Secretaría de Gobierno y un grupo especial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Los operativos se llevaron a cabo tras conocer, a través de redes sociales, la convocatoria para el evento, que generaba preocupación debido a la posible presencia de menores de edad consumiendo alcohol. Durante la inspección, se observó un montaje profesional en el lugar, que incluía camiones de carga y la presencia de empresas especializadas en servicios de audio y video, lo que indicaba una organización logística más compleja que un simple encuentro social.
El Invea adoptó medidas para prevenir la realización del evento, dado que el lugar no contaba con los permisos ni las medidas de protección civil necesarias. Aunque se actuó de manera preventiva para evitar posibles problemas durante un eventual desalojo, las autoridades no informaron sobre sanciones o detenciones.
Durante la supervisión, también se llevaron a cabo entrevistas con personas de la comunidad, quienes afirmaron no saber de la organización de la fiesta.