El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, ha anunciado un replanteamiento en la estrategia de seguridad del estado debido al aumento de la violencia, específicamente en la región de Tula, que ha sido escenario de recientes asesinatos violentos relacionados con disputas entre grupos criminales por el control territorial. Menchaca destacó que el robo de combustible, que ha sido un problema persistente en la región, ha contribuido a la escalada de la violencia.
En su declaración, el gobernador mencionó un ataque armado ocurrido el 6 de agosto en la colonia San Lorenzo que resultó en la muerte de cuatro personas. Subrayó la importancia de mejorar las condiciones de seguridad en respuesta a la ola de violencia, lo cual involucra no solo a su Gabinete de Seguridad, sino también a la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional, aunque no especificó las nuevas acciones que se implementarán.
Hidalgo continúa enfrentando el desafío del robo de combustible a través de tomas clandestinas, ocupando el primer lugar a nivel nacional en este delito desde 2018. La violencia se ha intensificado con la detención de líderes de organizaciones dedicadas al 'huachicol' y la competencia por el control de ductos de Petróleos Mexicanos, así como por el narcomenudeo. Las autoridades han indicado que los recientes homicidios están relacionados principalmente con enfrentamientos entre grupos criminales, sin reconocer víctimas civiles, lo que ha generado críticas sobre la percepción y respuesta a la violencia.
El secretario de Seguridad Pública estatal, Salvador Cruz Neri, atribuyó la violencia en Tula a luchas de poder entre facciones criminales desarticuladas, especialmente tras la captura de su líder. La situación en Tula se complica aún más con la reciente introducción de proyectos federales que buscan impulsar el desarrollo regional, lo que podría aumentar la competencia entre grupos criminales en el área.