En el contexto de la disputa dentro del mundo de la esgrima en México, un grupo de 12 esgrimistas juveniles se encuentra en una situación complicada respecto a su participación en los Juegos Panamericanos Junior de Asunción 2025. Existe un conflicto entre la Federación Mexicana de Esgrima (FME), respaldada por el Comité Olímpico Mexicano (COM), y una nueva entidad llamada Asociación Deportiva Nacional de Esgrima Mexicana, que cuenta con el reconocimiento de la Federación Internacional de Esgrima (FIE).
La controversia se desató tras la participación de seis esgrimistas en el Campeonato Panamericano de Cadetes y Juveniles en Asunción, donde creían haber asegurado su lugar en los Panamericanos Junior. Sin embargo, recibieron la noticia de que las plazas no son para deportistas individuales, sino para el país, y se les sugirió que participaran en un campeonato nacional organizado por la FME para formalizar su inscripción. La presidenta del COM, María José Alcalá, argumenta que no puede reconocer a la nueva asociación y que se debe seguir el proceso formal con la FME.
La situación ha sido complicada por el reconocimiento de Jorge Castro como presidente de la FME, a pesar de que la FIE lo ha desacreditado. Alcalá menciona que la FIE no le ha proporcionado pruebas contundentes sobre la situación de Castro, lo que dificulta su apoyo al cambio. Por el contrario, el abogado de la nueva asociación, Luis Jiménez, cuestiona la falta de acción del COM, sugiriendo que el trato hacia Castro es sesgado debido a su cercanía personal con Alcalá.
Este conflicto pone en el centro a los atletas, quienes se ven atrapados entre las decisiones administrativas y las políticas de estas organizaciones.