La situación en el pleno de San Lázaro evidenció la tensión existente entre los diputados durante la discusión del Presupuesto de Egresos 2026, que se vio agravada por la reciente violencia en Michoacán y el asesinato del alcalde de Uruapan. La diputada del Partido del Trabajo (PT), Vanessa López Carrillo, inició un intercambio acalorado con el diputado del PAN, José Manuel Hinojosa, cuando cuestionó la presentación de una reserva por parte de este último.
El ambiente se tornó cada vez más hostil cuando el panista, desafiando las afirmaciones de López Carrillo, exigió una mayor atención a los problemas en Michoacán y solicitó una rueda de prensa conjunta. Esta declaración generó quejas entre los miembros del PT, quienes se sintieron menospreciados. La diputada morenista, Dolores Padierna, intervino para denunciar lo que consideró una parcialidad de la presidenta de la sesión, Paulina Rubio Fernández, al conceder la palabra al representante panista sin permitir un balance en las intervenciones.
Los ánimos continuaron incrementándose con gritos e intercambios de acusaciones, lo que llevó a la necesidad de declarar un receso en la sesión legislativa. Esta situación es reflejo no solo de los conflictos internos en el Congreso, sino también de la compleja realidad política y social que enfrenta el país, donde la violencia y la corrupción generan una profunda polarización entre los diferentes partidos y sus representantes.