En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se ha reportado el hallazgo de tres hombres sin vida, con signos de tortura y las manos atadas, en el ejido Jiquilpan, municipio de Acapetahua. Este hecho se enmarca en un aumento reciente de la violencia en la región, que había mostrado una tendencia a la baja en homicidios dolosos hasta julio, pero que ha visto un repunte, con 10 homicidios en las últimas 72 horas.
La Fiscalía General del Estado ha indicado que una de las líneas de investigación sugiere un posible vínculo de las víctimas con el narcomenudeo, aunque aún no han sido identificados. La violencia ha sido un problema persistente, especialmente en la región de la Sierra y la Fronteriza, donde las bandas del crimen organizado luchan por el control de rutas de tráfico de drogas, armas y personas.
Para enfrentar esta situación de violencia sostenida, el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar ha implementado diversas medidas de seguridad, incluyendo la compra de un helicóptero Black Hawk, lanchas rápidas, drones y vehículos especializados, además de la creación de un grupo táctico de reacción rápida conocido como "Pakal".
Otro caso alarmante ocurrió el 26 de julio, cuando una mujer de 70 años fue asesinada en su hogar en el ejido Santa Apolonia, también en Frontera Comalapa. Testigos reportaron que hombres armados entraron y dispararon sin previo aviso. Aunque la familia asegura que la mujer no tenía enemigos, se menciona que es abuela de un funcionario de seguridad en la zona, lo que añade un matiz a la situación de violencia en dicha región.