Las intensas lluvias que atravesaron el centro y oriente de México entre el 6 y el 9 de octubre, provocadas por la tormenta tropical Raymond y los remanentes del huracán Priscilla, han resultado en una devastación considerable en varios estados. El impacto se ha manifestado en la destrucción de aproximadamente 100,000 viviendas en 111 municipios, afectando gravemente a Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí.
Según el reporte de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), se han registrado 64 muertes y 65 personas desaparecidas como más de 30,000 hogares se han visto severamente afectados en Veracruz. Este estado, el más perjudicado, ha enfrentado inundaciones provocadas por el desbordamiento del Río Cazones, que ha dejado comunidades enteras cubiertas de lodo y escombros.
Puebla también ha sido impactada gravemente, con alrededor de 16,000 viviendas dañadas y deslaves que han afectado a más de 30,000 personas. Hidalgo ha reportado la incomunicación de 90 comunidades debido a deslizamientos de tierra, obligando a la evacuación de familias enteras. En Querétaro y San Luis Potosí, aunque los daños son menores, también se han documentado afectaciones significativas.
A nivel nacional, se ha informado que aproximadamente 5,500 personas están albergadas en 146 refugios temporales, tras perder total o parcialmente sus hogares. Los costos de la recuperación son alarmantes, con el gobierno de Puebla estimando daños en infraestructura y vivienda por más de 2,000 millones de pesos, cifra que podría aumentar en Veracruz debido a la necesidad de limpiar áreas urbanas inundadas y reponer cultivos. La situación es crítica y amerita atención inmediata para ayudar a las comunidades afectadas.