La conmemoración del 57 aniversario de la masacre de Tlatelolco en la Ciudad de México se ha convertido en un espacio que no solo recuerda un episodio trágico de la historia, sino que también integra diversas luchas sociales contemporáneas. Este año, la marcha no solo estuvo marcada por la memoria del 2 de octubre de 1968, sino que también fue una plataforma para exigir justicia por los más de 135 mil desaparecidos en el país, con particular presencia de las madres buscadoras que buscan a sus seres queridos.
Entre los contingentes que participaron, se destacó el apoyo al pueblo de Palestina, que actualmente enfrenta una grave ofensiva militar en Gaza, así como la exigencia de justicia por los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014. A pesar de ser casos distintos, todas estas luchas coinciden en su denuncia contra la violencia, la impunidad y la represión estatal.
Félix Hernández Gamundi, sobreviviente de la masacre de 1968 y miembro del Comité del 68, recordó que el movimiento estudiantil de aquel tiempo abarcaba demandas más amplias que solo las educativas, incluyendo la libertad de presos políticos y la justicia social. Por ello, es natural que las distintas voces se unifiquen en la marcha, como lo hacen ahora las madres buscadoras junto a los padres de Ayotzinapa.
María Irene Ramírez Hernández, quien busca a su hermano desaparecido, enfatizó la importancia de alzar la voz en estas manifestaciones para visibilizar la crisis de desaparecidos que persiste en México desde hace décadas, recordando que muchas personas llevan años en esta angustiosa búsqueda. Su participación en la marcha es parte de un esfuerzo por sensibilizar a la sociedad sobre la urgencia de la situación.