Margit Frenk es una figura emblemática de la vida intelectual mexicana, cuya trayectoria refleja un profundo compromiso con la lengua y la cultura. Nacida en Hamburgo en 1925 y exiliada a México a los cinco años, su vida es un testimonio del poder de la palabra y el valor de las tradiciones orales. A lo largo de su carrera, Frenk ha explorado la riqueza de la poesía popular, encontrando en ella un camino para entender la memoria colectiva y la identidad cultural.
Su enfoque ha sido pionero al situar la tradición oral y la voz anónima en un lugar de relevancia dentro del estudio literario, desafiando la jerarquía que generalmente se otorga a la literatura escrita. Esto se traduce en su esfuerzo por rescatar y apreciar las canciones, los versos y las coplas que, aunque no siempre están documentadas en libros, resuenan con la autenticidad de la experiencia humana. Margit Frenk es un puente entre lo académico y lo popular, entre la erudición y la cotidianidad, creando un espacio donde la voz del pueblo se escucha con respeto y admiración.
A lo largo del siglo XX y en sus comienzos del XXI, Frenk ha colaborado y estudiado con destacados intelectuales, contribuyendo al enriquecimiento del paisaje cultural de México. Con su trabajo, ha demostrado que la construcción del conocimiento también implica un proceso de reconciliación con las voces más humildes y los relatos compartidos de un pueblo. Su legado es un recordatorio de que la literatura, en su forma más pura, se vive y se respira en cada rincón de la vida cotidiana, y que cada verso tiene un viaje que merece ser contado.
Al celebrar su centenario, no solo se rinde homenaje a sus aportes académicos, sino que también se reconoce su papel como una visionaria que ha sabido ver el valor de lo aparentemente pequeño, transformándolo en un poderoso vehículo de identidad y saberes compartidos.