El "Gringo Papi Tour" de Limp Bizkit fue una explosión de nostalgia que resonó con los fanáticos de los años 2000 durante su regreso a México. Celebrando su vigésima generación, la banda, proveniente de Jacksonville, presentó una gira festival llamada ‘Looserville’, donde la mezcla de géneros como nu metal, rock, rap y metal creó un ambiente vibrante.
El evento se desarrolló en tres fases. Primero, artistas como Riff Raff, Slay Squad y Ecca Vandal calentaron el ambiente; esta última, originaria de California, destacó por su energía y su conexión con el público, incluso al usar la camiseta de la selección mexicana, ganando puntos entre los asistentes.
Siguieron los legendarios 311, quienes celebraron 35 años de carrera. Sin embargo, su actuación fue interrumpida por la impaciencia del público, ansioso por el momento culminante de la noche: Limp Bizkit. Las peticiones de "¡a la verga, ya queremos a Limp Bizkit!" se escucharon entre los espectadores.
Bullet for My Valentine, con sus 25 años de trayectoria, llevó la energía al siguiente nivel, impulsando a la gente a saltos y slams, mientras el polvo del estadio Fray Nano (antiguo recinto futbolístico) se levantaba en una muestra palpable de la emoción colectiva.
Este tour no solo reunió a los viejos seguidores de la banda, sino que también atrajo a una nueva generación, con muchos millennials asistiendo junto a sus hijos adolescentes, creando así un verdadero evento intergeneracional.