La preocupación por los megaproyectos extractivos en el Golfo de California ha alcanzado una nueva dimensión, con la intervención de nueve relatores de la ONU. Estos proyectos, promovidos por los gobiernos de la Cuarta Transformación, están sometidos a un intenso escrutinio debido a sus potenciales efectos perjudiciales sobre los derechos humanos y el medio ambiente.
Los especialistas de la ONU han expresado su alarma sobre los seis proyectos de gas fósil licuado que están siendo desarrollados, advirtiendo que podrían comprometer la vida de millones de personas y diversas especies marinas en una región reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Esta extensión de preocupación incluye el impacto sobre 12 áreas naturales protegidas y 33 sitios con reconocimiento internacional debido a su importancia ambiental, muchos de los cuales son territorios ancestrales de comunidades indígenas.
El movimiento ¡Aquí No!, que se opone a la construcción de una planta de amoniaco en Sinaloa, ha sido uno de los actores clave en la divulgación de las preocupaciones sobre estas actividades extractivas. Su trabajo ha llevado a que los relatores de la ONU envíen comunicaciones tanto al gobierno mexicano como a otras entidades internacionales involucradas en los proyectos.
En sus misivas, los relatores subrayan la necesidad de que se atiendan los derechos humanos en el contexto de la explotación de combustibles fósiles, citando el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación como efectos colaterales. Además, se hace un llamado a garantizar que las comunidades locales sean escuchadas en el proceso de decisión y que se lleve a cabo una investigación exhaustiva sobre los impactos potenciales de estas terminales en la salud, la pesca, y el turismo.
La situación es un reflejo de la tensión creciente entre el desarrollo económico a través de proyectos industriales y la preservación de los derechos humanos y el medio ambiente, destacando la urgencia de encontrar un equilibrio entre estos intereses en una de las regiones más biodiversas del mundo.