El 2 de octubre, el peso mexicano comenzó la jornada con una depreciación del 0.22%, cotizándose alrededor de 18.41 unidades por dólar, según datos de Bloomberg. Durante la sesión nocturna, el tipo de cambio fluctúo entre un máximo de 18.40 pesos y un mínimo de 18.34 pesos por dólar. Este comportamiento ubicó al peso en el segundo lugar entre las divisas de países emergentes con mayores pérdidas frente al billete verde.
El retroceso del peso se produce en un contexto de fortaleza del dólar estadounidense, ya que los inversionistas han comenzado a moderar su preocupación por el cierre del gobierno en Estados Unidos y están analizando los escasos datos económicos disponibles de ese país. Según un análisis de Grupo Monex, persiste la incertidumbre sobre la duración del cierre gubernamental. Además, se reportó una desaceleración en los planes de contratación durante septiembre, con algunas empresas anunciando recortes de 54,000 empleos, lo que añade presión a la economía estadounidense.