Política
¿Por qué las infancias ya no juegan en la calle? Esto dice la UNAM
El informe de la Universidad Autónoma de México (UNAM) destaca un cambio significativo en las dinámicas de juego y convivencia de las niñas y niños en las ciudades, señalando que muchos de ellos ya no utilizan las calles ni los parques como espacios de esparcimiento habitual. Esta tendencia, según los expertos, obedece a una variedad de factores complejos que limitan su libertad y capacidad para explorar el entorno.
Pamela Castro Suárez, profesora de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, en colaboración con la organización civil Pro-Pedregales, ha estado investigando el impacto del diseño urbano en las infancias, con un enfoque particular en las colonias de bajos ingresos. Su estudio revela que los niños y niñas de clase media tienden a ser transportados en automóvil y tienen menos oportunidades de jugar en la calle o ir a tiendas por sí solos. En contraste, los niños de clases populares todavía caminan para ir a la escuela y utilizan parques públicos, aunque están expuestos a una serie de retos en cuanto al acceso y la calidad de estos espacios.
La académica enfatiza que el urbanismo debe ser diseñado con un enfoque que priorice la atracción y funcionalidad de los espacios públicos para los infantes. Esto incluye la necesidad de mantener los parques en buen estado; de lo contrario, el deterioro, la basura y el mobiliario en mal estado pueden llevar a las familias a optar por quedarse en casa.
Además, se menciona que algunas políticas escolares que restringen el tiempo de recreo para "mantener el orden" pueden resultar contraproducentes. Jugar es esencial para el bienestar emocional de los niños, mejora su concentración y favorece un ambiente escolar positivo. Esta situación plantea un desafío a las ciudades para reconsiderar cómo pueden hacer sus espacios más accesibles y atractivos, reconociendo la importancia del juego en el desarrollo infantil.