En el contexto de la crisis migratoria y las deportaciones en la frontera entre México y Estados Unidos, se ha reportado que mil 395 mexicanos han sido deportados por la frontera de Ciudad Acuña con Del Río, Texas, entre el 1 y el 22 de junio. Esta situación es el resultado de redadas intensificadas por el gobierno de Donald Trump, con el objetivo de asegurar a migrantes indocumentados en Estados Unidos.
Oscar Pimentel González, secretario de Gobierno de Coahuila, indicó que gran parte de los deportados son trasladados a cárceles en Del Río tras ser detenidos en diversas redadas en construcciones, comercios y restaurantes. Muchos de estos deportados son canalizados a un albergue en Nueva Rosita, donde reciben apoyo para su transporte a sus lugares de origen, aunque muchos no pernoctan en el albergue y solo acuden a recoger tarjetas de apoyo de la Secretaría del Bienestar.
El albergue tiene una capacidad de atención para dos mil personas, y ha experimentado un aumento en la llegada de deportados en junio. Sin embargo, muchos de estos connacionales intentan regresar a Estados Unidos de forma ilegal, dado que han construido una vida en el país que ahora los repatria. Este fenómeno ha generado un drama humano, ya que la deportación puede desintegrar familias ya establecidas en Estados Unidos.
Pimentel González mencionó que la mayoría de los deportados son hombres originarios de estados del sureste y El Bajío, y enfatizó el impacto que estas deportaciones tienen en la unidad familiar y la vida de las personas afectadas.