La situación de desapariciones en Sinaloa, especialmente en localidades como Culiacán y Mazatlán, ha alcanzado niveles alarmantes. El caso de Sergio Roberto Guzmán Gárate, un empresario inmobiliario desaparecido desde el 9 de enero en Mazatlán, es un ejemplo de esta grave problemática. Según reportes, Guzmán fue visto por última vez en la zona de la Marina, y su desaparición se suma a una creciente preocupación en la región.
Desde diciembre, Mazatlán ha visto un aumento en los casos de desapariciones, lo que ha llevado a movilizaciones por parte de grupos de madres buscadoras que exigen justicia y la localización de sus seres queridos. La situación se agrava con la desaparición de otros ciudadanos, como un agente de la Policía Estatal Preventiva, al que se le perdió el rastro el 1 de enero.
Los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda revelan que entre septiembre y enero, 658 personas han sido reportadas como desaparecidas en la región, de las cuales más del 60% siguen sin ser localizadas y aproximadamente el 20% han sido encontradas sin vida. Culiacán y Mazatlán sobresalen con el mayor número de casos, sumando un total de 532 desaparecidos.
Además, el crimen violento también está en aumento, con un notable incremento en robos de vehículos, reflejado en 20 denuncias registradas solo en un día en Culiacán. Esta combinación de altos índices de desapariciones y delitos violentos subraya una crisis de seguridad en el estado de Sinaloa, generando temores y movilizaciones sociales en busca de respuestas y soluciones.