El exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, ha denunciado lo que él describe como una confabulación entre la exsecretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero. En un testimonio hecho público, Scherer sostiene que estas figuras están detrás de "acusaciones falsas" dirigidas a desprestigiarlo, utilizando su poder y recursos públicos para llevar a cabo una persecución que califica de "extorsiva".
Scherer hace referencia a varios casos que, según él, ilustran un patrón de abuso de poder y venganza personal, incluyendo los casos de Juan Collado, Cruz Azul, Viaducto Bicentenario, Gómez Mont y Álvarez Puga. Expresa su preocupación sobre la falta de contrapesos constitucionales en la fiscalía y considera que esto representa un peligro para el país. Asegura que no cesará en la denuncia de lo que percibe como atropellos.
Recordando su experiencia de persecución política durante el gobierno de Vicente Fox, Scherer relata que esa vivencia lo llevó a abogar por una fiscalía independencia. Manifiesta su descontento con las prácticas políticas que, a su juicio, se perpetúan en el gobierno actual y sostiene que la verdad no debe permanecer oculta. También menciona que, desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, han existido diferencias con la actual secretaria de Gobernación en torno a la prioridad de ciertos casos, como el de Ayotzinapa, lo cual, según él, ha limitado las atribuciones de la Segob en materia de seguridad.
La situación expone un trasfondo de conflictos internos en el cuerpo político del país y plantea interrogantes sobre el uso del poder por parte de figuras clave del gobierno actual. Scherer, en su defensa, busca destacar la importancia de la transparencia y el rechazo a las viejas prácticas de venganza política que ha vivido en su trayectoria.