La situación en Bacalar, Quintana Roo, es preocupante debido a la continuidad de las obras por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en un inmueble que se designa como “casa de descanso militar”, a pesar de las suspensiones judiciales que han sido impuestas. Desde el 9 de mayo, los habitantes han reportado el reinicio de los trabajos con maquinaria operativa y material de construcción visible, justo frente a la Laguna de Bacalar, que es un importante recurso natural y turístico en la región.
La Sedena había solicitado una exención a la Secretaría del Medio Ambiente para realizar estas obras sin la necesidad de una autorización de impacto ambiental, lo que ha generado rechazo entre los residentes locales que han señalado los posibles efectos negativos que esto puede acarrear para el medio ambiente y la comunidad.
Carlos, un habitante de Bacalar, ha expresado su frustración, señalando que el actuar del Ejército es una falta de respeto hacia la legislación y los derechos de la comunidad. Ha destacado la importancia de la laguna y el ecosistema local, así como las preocupaciones de la población, en especial de los jóvenes, que desean un futuro más sostenible.
Esta situación ha dado pie a protestas y manifestaciones por parte de los habitantes que buscan que se respete el marco legal y se tomen en cuenta sus preocupaciones sobre el impacto ecológico que podría tener la construcción militar en la zona. La defensa de su entorno y su historia es un tema central en el descontento y protesta de la comunidad.