La reciente ratificación de Marco Rubio como secretario de Estado en el gobierno de Donald Trump ha generado preocupación en México. La Cancillería mexicana expresó su confianza en que se mantendrán el diálogo y la cooperación basados en el respeto mutuo a la soberanía. Sin embargo, las posturas intervencionistas de Rubio, un senador conocido por su oposición a gobiernos de izquierda en América Latina, han suscitado incertidumbre en el país, especialmente dada su crítica anterior a Andrés Manuel López Obrador.
Rubio, de ascendencia cubana, ha defendido políticas que promueven la intervención de Estados Unidos en regiones donde considera que hay gobiernos adversos, lo que despierta temores en México sobre las posibles implicaciones de su mandato en las relaciones bilaterales. Su postura radical y su historial de ataque a López Obrador enfatizan la complejidad del contexto político entre ambos países.