La situación que enfrenta la Asociación Estatal de Taekwondo del Estado de México (AETKDEM) muestra un escenario de conflicto interno y vacío legal. La falta de elecciones para renovar el consejo directivo ha generado incertidumbre en la organización, especialmente con la reelección de Emily Armas como presidenta en juego. El intento de llevar a cabo una asamblea general ordinaria fue obstaculizado por un grupo opositor, lo que impidió que se pudieran hacer las votaciones necesarias.
El problema se complica aún más por la inhabilitación de la Federación Mexicana de Taekwondo (FMTKD), que no puede intervenir ni regular la situación debido a su suspensión temporal impuesta por la World Taekwondo. El presidente de la FMTKD, Raymundo González, está desconocido, y el proceso electoral que había convocado se considera inconsistente y, por lo tanto, invalidado.
Omar Garrido, un miembro del grupo opositor, expresa la frustración y confusión generada por la falta de liderazgo y la incapacidad de la FMTKD para organizar nuevas elecciones. El hecho de que el consejo directivo saliente no pueda convocar de nuevo a un proceso electoral, sumado a la intervención de disidentes que impidieron la instalación de la asamblea, deja a la asociación en un "limbo" administrativo y legislativo.
Este tipo de crisis en organizaciones deportivas no es raro, y puede dar lugar a una serie de problemas, como la falta de representación y toma de decisiones, que afectarán a los afiliados y al desarrollo del taekwondo en la región. La resolución de este conflicto requiere un enfoque conciliador y la participación de un ente regulador confiable que pueda asegurar unas elecciones transparentes y eficaces.