Lamentablemente, la situación que describes refleja un caso serio de abuso y negligencia en un entorno que debería ser seguro para los jóvenes. La muerte de Erick "N" y las experiencias relatadas por otros estudiantes son alarmantes y destacan la necesidad urgente de investigar las prácticas en este tipo de academias.
Los testimonios indican que los estudiantes fueron sometidos a torturas físicas y a condiciones de vida inhumanas, lo cual es inaceptable. La privación de alimentos, la falta de atención médica adecuada y las dinámicas de humillación y agresión física son signos de un ambiente hostil que no debería existir en ningún programa educativo o formativo.
Es fundamental que las autoridades tomen cartas en el asunto y realicen una investigación profunda sobre estas prácticas en la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc y en instituciones similares, para proteger a los menores y garantizar su bienestar. También hay que considerar el apoyo a las familias afectadas y a los sobrevivientes de estos campamentos, quienes podrían necesitar asistencia psicológica y emocional para superar esta experiencia traumática.