Las trabajadoras sexuales de Ciudad de México están alzando la voz contra la construcción de una ciclovía en la calzada de Tlalpan, la cual, según ellas, está perjudicando su trabajo y sus ingresos. En una reciente marcha, alrededor de 50 sexoservidoras se congregaron para expresar su descontento, destacando que dicha obra no solo afecta su actividad económica, sino que también representa un desplazamiento social en una zona históricamente reconocida por el ejercicio del trabajo sexual.
Equipadas con carteles que resaltan la importancia de su labor para el sustento de familias, las manifestantes han llevado a cabo múltiples protestas y bloqueos desde agosto, subrayando que la infraestructura de la ciclovía y las jardineras instaladas limitan su espacio de trabajo. A pesar de la respuesta del Gobierno de la Ciudad de México, que ha establecido mesas de diálogo y propuesto puntos de inclusión para mitigar el impacto, las trabajadoras sostienen que estas acciones no son suficientes y que deben ser tomadas en consideración de manera más efectiva para proteger su forma de vida.
Este tipo de movilizaciones refleja una lucha más amplia por el reconocimiento y la dignidad del trabajo sexual, así como por la defensa de los derechos de quienes lo ejercen en un contexto donde la urbanización y la gentrificación amenazan sus espacios de trabajo.