El artículo de **Proceso** aborda la problemática del VIH y el estigma que enfrenta la comunidad LGBTTTIQ+ en relación con esta enfermedad. Aunque el VIH no es exclusivo de esta comunidad, el estigma persiste, en parte debido a la falta de información y campañas de prevención. Desde los inicios de la epidemia, el VIH y el sida han sido erróneamente asociados principalmente con la comunidad LGBT, aunque en realidad, no hay datos precisos que delineen una distinción clara entre pacientes de diferentes orientaciones sexuales.
Marco Palet, coordinador de Comunicación y Promoción de la Salud Sexual de Clínica Condesa, explica que la falta de campañas de información masivas ha contribuido a este estigma y a que el VIH ya no sea tratado como una epidemia, a pesar de sus implicaciones globales. A diferencia del COVID-19, que tuvo un enfoque inmediato en términos de prevención y tratamiento, el VIH tiene un tratamiento que permite a los pacientes vivir muchos años, lo que a veces lleva a una percepción errónea de que la situación ha sido controlada.
Palet enfatiza que el problema radica en prácticas sexuales sin protección, especialmente entre hombres que tienen sexo con otros hombres y en jóvenes que no usan preservativos debido a diversos factores sociales, emocionales y de consumo de sustancias. Destaca la importancia del uso del preservativo como la única forma de prevenir el VIH de manera efectiva, a pesar de que algunas personas están en tratamientos preventivos o curativos.
Finalmente, llama a la participación de todas las instituciones gubernamentales en la educación sexual y la sensibilización sobre el VIH, ya que la posibilidad de contagio sigue presente, así como el contagio de otras infecciones de transmisión sexual.