El Congreso de la Ciudad de México ha dado un paso significativo en la lucha contra el abuso sexual al aprobar reformas al Código Penal local. Las Comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia y de Igualdad de Género han respaldado un dictamen que modifica varios artículos para que conductas como tocamientos, caricias y roces sean perseguidos de oficio, es decir, sin necesidad de una denuncia previa.
Las nuevas disposiciones buscan combatir una amplia gama de comportamientos que se consideran actos sexuales y que ahora serán objeto de acción penal inmediata. Se establece una penalización de uno a seis años de prisión para quien incurra en estas conductas, y se requiere que el agresor participe en servicios de reeducación.
El proyecto también contempla aumentos en las sanciones en casos donde existan factores como violencia física, emocional o moral, vínculos de confianza entre agresor y víctima, o cuando el agresor es una figura de autoridad, entre otros.
Además, se han abordado conductas violentas en contextos familiares y de pareja. Las modificaciones amplían la definición de violencia familiar para incluir relaciones de pareja que no cohabitan, como noviazgos y exparejas, elevando estas agresiones al ámbito penal.
Un aspecto importante del dictamen es la inclusión del acoso sexual digital como delito, que contempla la interacción sexual inapropiada con menores o personas incapaces a través de medios tecnológicos. Este delito, al igual que las otras reformas mencionadas, podrá ser perseguido de oficio y establecerá penas de cuatro a seis años de prisión.
Estos avances legislativos reflejan un compromiso por parte del gobierno local para abordar y sancionar más efectivamente el abuso y la violencia sexual, contribuyendo a la protección de las víctimas y al fortalecimiento de sus derechos.