La tortura en Coahuila es una problemática alarmante que afecta tanto a hombres como a mujeres detenidas, y se ha documentado que se utiliza para forzar confesiones relacionadas con delitos más graves. El caso de Laura Angélica “N” ilustra esta situación, ya que fue detenida inicialmente por posesión de narcóticos y, tras ser llevada a prisión, fue víctima de tortura y maltratos que la llevaron a ser acusada de secuestro, a pesar de que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila había reconocido su detención como ilegal.
A raíz de su caso, el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) realizó visitas a los reclusorios y documentó múltiples casos de tortura, aunque el informe correspondiente fue reservado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) bajo el argumento de que su publicación podría tener consecuencias para las víctimas. Es importante subrayar que la abogada de Laura ha señalado que el modus operandi de las autoridades en Coahuila implica detenciones arbitrarias y la utilización de la tortura como método para obtener declaraciones.
El protocolo de Estambul, que se utiliza para documentar casos de tortura, fue aplicado en el caso de Laura, revelando evidencias y características que corroboran las denuncias de tortura. Este ambiente de violaciones a los derechos humanos y la falta de justicia adecuada resalta la necesidad urgente de reformas en el sistema judicial y de detención en el estado. La situación de Laura Angélica y otras víctimas sigue en espera de resoluciones judiciales y procesos de amparo, mientras las secuelas de la tortura permanecen en sus vidas.