El contexto que se presenta implica que la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, enfrenta presiones desde el Congreso de Estados Unidos justo al inicio de su mandato, concretamente en el ámbito comercial. Esta situación se centra en la controversia relacionada con la prohibición del maíz modificado genéticamente en México, un tema que ya había sido una fuente de tensiones durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Desde febrero de 2023, México instauró un decreto que prohibía el uso de maíz transgénico para la producción de alimentos básicos como la masa y las tortillas, lo que ha generado insatisfacción y preocupación en las autoridades y productores estadounidenses. En este contexto, un grupo de congresistas estadounidenses, liderados por el republicano Randy Feenstra, ha hecho un llamado al gobierno estadounidense para que se comprometa a dialogar con el nuevo gobierno mexicano sobre esta situación.
Los representantes subrayan que más del 90% del maíz cultivado en Estados Unidos es transgénico y que esta prohibición crea incertidumbre para los agricultores y empresas del país. Además, la carta enfatiza que la comunidad científica internacional considera que estos cultivos son seguros para el consumo humano y para la salud animal y vegetal.
La petición a los funcionarios estadounidenses, como la representante comercial Katherine Tai y el secretario de Agricultura Tom Vilsack, sugiere que el diálogo y la cooperación son esenciales para resolver este conflicto y asegurar un acceso continuo al mercado mexicano para el maíz y la biotecnología estadounidense, que ha sido considerado seguro durante un largo período.
Esto pone de manifiesto cómo las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, en especial en el marco del T-MEC, continúan siendo un aspecto crucial y potencialmente conflictivo que la nueva administración mexicana deberá manejar desde el inicio de su gestión.