Etchohuaquila, Sonora, ha experimentado un notable desarrollo en los últimos meses, gracias en gran parte a la figura de Fernando Valenzuela, el famoso pitcher de los Dodgers. La localidad, que antes enfrentaba dificultades para acceder y carecía de servicios básicos, ahora cuenta con infraestructura mejorada, como mejor señalización en las carreteras y caminos bien trazados.
Los habitantes, que suman cerca de 250, están disfrutando de mejoras significativas, incluyendo un acceso más abundante a agua potable, calles trazadas, una casa de cultura y alumbrado público. Además, se espera la inauguración de un estadio de béisbol, que será un homenaje al talentoso lanzador.
Avelino Lucero, un destacado miembro de la comunidad, ha tenido un papel esencial en la vida de Valenzuela, apoyándolo desde sus inicios en el béisbol y ayudando a construir la conexión entre el deportista y su pueblo. Lucero ha recomendado profesionales, como el arquitecto Bladimiro Samaniego, para llevar a cabo llamados proyectos de construcción, incluido el nuevo hogar que Valenzuela prometió a sus padres.
Aunque el proceso de demolición de la antigua casa de adobe, donde nacieron los hijos de doña Hermenegilda, generó cierta resistencia debido a su valor sentimental, se llegó a un acuerdo para conservarla dentro del nuevo diseño de la propiedad, mostrando un respeto por la historia familiar.
Todo este progreso en menos de un año es testimonio del impacto que puede tener un deportista de renombre en su comunidad, revalorizando la importancia de sus raíces y creando un legado que trasciende el ámbito deportivo.