Karina Gidi y su monólogo “Instrucciones para volar”

“Hay una historia de amor que se desarrolla de manera muy natural y espontánea”, dice Karina Gidi. “El vínculo entre los personajes se construye a través de conversaciones en línea, lo que refleja cómo las relaciones pueden florecer en la era digital, a pesar de las distancias físicas y culturales. Ese juego de emociones es algo que resuena mucho con el público, porque todos hemos experimentado el amor en distintas formas y circunstancias”.
Gidi también menciona la importancia de la conexión humana en un mundo cada vez más virtual: “El monólogo invita a la reflexión sobre cómo, aunque estamos rodeados de tecnología, siempre hay un deseo innato de cercanía y entendimiento emocional. La protagonista, a pesar de sus obstáculos y miedos, busca esa conexión, y creo que todos podemos identificarnos con ese anhelo”.
La actriz se siente afortunada de poder interpretar un texto que desafía tanto a su cuerpo como a su mente. “Es un reto constante”, explica. “Hay momentos en que debo cambiar de registro o tono rápidamente, lo que me mantiene alerta y comprometida con la historia. Me encanta poder jugar con esos matices, pasar de la risa al llanto, de la reflexión a la acción, todo en un mismo aliento”.
Con todo esto, Gidi espera que el público salga del teatro reflexionando sobre sus propias conexiones y experiencias, llevando un poco de esa magia entre el amor y el miedo a vivir en su propia vida. La obra “Instrucciones para volar” se ha convertido en un vehículo para explorar estos temas complejos, y ella ofrece su interpretación con todo el corazón.

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