La situación que enfrenta Noemí “N” es sumamente grave y preocupante, tanto por el secuestro y la trágica muerte de su hijo Fernandito, como por las amenazas que denuncia por parte de la Policía de Género. Aparentemente, las autoridades están tratando de presionarla para que cambie de defensa legal, lo cual plantea serias dudas sobre la imparcialidad y la integridad de la investigación y del proceso judicial.
Es importante señalar que cualquier forma de coerción o intimidación por parte de las autoridades es inaceptable y puede interferir en el derecho a un juicio justo. La decisión de Noemí de acudir a una organización como “Amor y Rabia” para representarla legalmente puede ser un paso importante para garantizar que reciba el apoyo adecuado y que su caso se maneje de manera justa.
La promoción de denuncias contra la omisión de las autoridades también puede ser fundamental para señalar las fallas en el sistema que no lograron proteger al niño ni responder adecuadamente durante el proceso de rescate. Estas acciones son necesarias para buscar justicia y garantizar que no se repitan situaciones similares en el futuro. La atención mediática y el seguimiento del caso podrían ser claves para asegurar que se tomen las medidas adecuadas por parte de las autoridades correspondientes.