El cierre del primer año de la LXIV Legislatura en México, caracterizada por la mayoría absoluta de Morena y sus aliados, ha estado marcado por diversos escándalos que han afectado a sus líderes legislativos. La Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, presidida por Sergio Gutiérrez Luna, y el Senado, liderado por Gerardo Fernández Noroña, han sido objeto de controversias en las últimas semanas.
Particularmente, los líderes de bancada, Adán Augusto López Hernández en el Senado y Ricardo Monreal Ávila en la Cámara de Diputados, también han enfrentado sus propios problemas, aunque con distinto impacto mediático.
La crisis para López Hernández se intensificó a partir de julio, a raíz del caso de Hernán Bermúdez Requena, quien fue nombrado secretario de Seguridad Pública en Tabasco al inicio de la gestión de López Hernández en 2019, a pesar de tener bajo su nombre señalamientos previos que se volvieron más graves tras la filtración de documentos militares conocida como Guacamaya Leaks en 2022. En dichos documentos, se le vinculaba con el grupo criminal La Barredora, aunque López Hernández y Bermúdez rechazaron en su momento cualquier asociación con actividades delictivas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la gravedad de las acusaciones y las filtraciones, considerándolas ataques infundados de medios conservadores. Esta situación refleja un periodo complicado para los líderes de la actual administración y la necesidad de manejar la crisis de imagen pública en un contexto político adverso.