CONTAMINACIÓN QUE MATA: TULA, EDOMEX, CDMX.

Contaminación que afecta a toda la población en el Valle de México

CONTAMINACIÓN QUE MATA: TULA, EDOMEX, CDMX.

A Rocío Nahle García, Secretaria de Energía, no le importa que la gente viva en emergencia permanente por contaminación y agua envenenada en Tula de Allende, Hidalgo; siendo ello la causa de enfermedades gastrointestinales, cáncer, enfermedades respiratorias, etc.

Un empleado entrevistado de la Refinería de Tula de Allende, da testimonio de su denuncia pidiendo guardar su identidad, pues teme represalias hacia su persona y familia.

“Juan N” Seudónimo, nos reveló que perdió a su sobrino de tan solo 19 años. Relata que por accidente cayó al río e ingirió aguas negras. A los pocos días, fue internado sin tener un diagnostico puntual; por lo que lo llevaron a diferentes médicos en la ciudad donde reside y también en la CDMX. Por la falta de información sobre las sustancias tóxicas que pudo haber ingerido, el joven falleció a los pocos días.

El denunciante trató de acercarse a la Secretaría de Energía, al Gobierno del Estado, con diferentes directivos de la Refinería e incluso con Octavio Romero Oropeza, Director General de Pemex para pedirles auxilio, debido a que su familiar también era empleado de la Refinería. La respuesta fue negativa, no tuvo el apoyo solicitado del Gobierno, ni de Pemex, ni de ningún otro órgano gubernamental.

Lo único que tuvo fue un gran dolor por la pérdida de su ser querido y amenazas del personal de Pemex, quienes le prohibieron rotundamente divulgar lo sucedido, de lo contrario su empleo e integridad estaban en riesgo.

La contingencia ambiental en Tula de Allende es inminente, cada vez es más frecuente en la población la presencia de cuadros infecciosos relacionados con la contaminación de los mantos acuíferos de la región, sin olvidarnos que con la pandemia se agudiza más cualquier tipo de enfermedades. Tula no es un pueblo mágico, es un pueblo de desgracia y dolor.



La atención de las autoridades responsables de la refinería como la de Rocío Nahle, ha sido nula, la Refinería y la Termoeléctrica se encuentran llenas de gases y partículas suspendidas que están envenenando el aire.

La población más afectada no cesa de exigir a las diferentes instancias de Gobierno su intervención para atacar las enfermedades provocadas por las chimeneas de la Refinería. “Esto es producto de la corrupción y negligencia que siguen existiendo en el Gobierno Federal y estatal” así lo manifestaron habitantes de Tula de Allende.

Este problema también afecta a la Ciudad de México y su economía, Rocío Nahle, Secretaria de Energía y Octavio Romero Oropeza son omisos y negligentes, no realizan acciones contundentes para contrarrestar los efectos de la contaminación provocados por las chimeneas de la Refinería, no cumplen con las medidas que el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que establecen en el objetivo rescate del sector energético que: “La nueva política energética del Estado mexicano impulsará el desarrollo sostenible mediante la incorporación de poblaciones y comunidades a la producción de energía con fuentes renovables...” Gobierno de México . Hay denuncias ciudadanas y pronunciamientos de profesionales con investigaciones científicas y Nahle ni los oye, ni los lee, no le importa que la contaminación sea cada vez peor y los índices de cáncer y mortalidad crezcan.

Contaminación que afecta a toda la población en el Valle de México

Hay días de extrema contaminación que han marcado la historia del Valle de México, se forman remolinos de polvo, se une el humo de las industrias y vehículos y de toda la polución de actividades que más de 20 millones de personas producen y ese es el aire que respiramos. La tradicional “nata” que envuelve a la Ciudad de México, esa especie de sombrero translúcido de compuestos tóxicos, se convierte en niebla ocre tan densa que da una impresión de un cielo oscuro y opaco.

El sistema que mide la calidad del aire en Ciudad de México establece un parámetro en el que más de 100 puntos se considera un peligro para la salud. Los habitantes del Valle de México nos hemos acostumbrado al aire tóxico, lo respiramos a diario, entra en nuestros pulmones, los irrita y los inflama, provoca tos, falta de aliento, sangrados en la nariz, irritación en los ojos, y si se acumula, puede ser causa de enfisema, bronquitis crónica o problemas cardíacos.



Cada vez son más frecuentes para los capitalinos las alertas por la calidad del aire. En 2020, a pesar del cierre de actividades debido a la contingencia sanitaria provocada por el Covid-19, sólo 108 días la calidad del aire fue buena, y para 2021 sólo 127 días fueron buenos; estamos hablando que, en promedio, 248 días en cada año la calidad del aire no fue buena Gobierno de la Ciudad de México.

Diversos especialistas, como Carlos Samayoa, coordinador de Movilidad Sustentable en Greenpeace México, han señalado que el hecho de que la refinería de Tula funcione con combustóleo, compromete la calidad del aire no solo de la cuenca de Tula, sino de todo el Valle de México: es decir, el área conocida como Megalópolis.

Y es que a pesar de que los capitalinos activen programas como Hoy no circula para mejorar la calidad del aire cuando esta empeora, lo cierto es que se ha vuelto una constante que pasen días y días de su implementación y los niveles no mejoren, y esto se debe en gran parte a que la geografía de la zona impide la circulación del aire y partículas, y por lo tanto, la contaminación de la Ciudad es la misma para el Estado de México o de Hidalgo, y viceversa, la contaminación que produce Hidalgo -es decir, la termoeléctrica y la Refinería- es la misma para el resto del valle.

Un estudio elaborado por Adolfo Hernández Moreno, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana UAM, calcula que entre 8,000 y 14,000 personas mueren cada año en la capital por la mala calidad del aire.

Los contaminantes son resaltados por el funcionamiento dirigido hacia la Refinería y la Central Termoeléctrica. Aunque entre la planta y la megalópolis hay una distancia de 83 kilómetros, según datos del doctor Horacio Riojas, Director de Salud Ambiental del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública INSP, sus emisiones contribuyen en un 10% a las sustancias tóxicas que los capitalinos respiran diariamente. Sin embargo, hasta el día de hoy Rocío Nahle sigue sin dar alguna solución de los contaminantes que emiten las chimeneas, y los efectos que ocasionan.

México está suscrito a diversos compromisos internacionales que buscan el desarrollo sostenible de los países. Tal es así, que los Acuerdos Internacionales como la Agenda 2030, la Red global para la promoción de políticas de energías renovables, el Pacto mundial por energías limpias, etc. tienen parámetros para equilibrar el desarrollo económico y el desarrollo energético con miras hacia la sustentabilidad; pero al parecer -tal y como lo demostró en la reunión de la OPEP en 2020- a la actual titular de la Secretaría de Energía, no le importan o los desconoce.

Rocío Nahle García, Secretaria de Energía no tiene en su umbral, ni en sus prioridades atender o disminuir las partículas de contaminación atmosféricas y sus consecuencias; la inversión en tecnología para las chimeneas y así mejorar la calidad del aire, es su responsabilidad.

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