La situación descrita sobre el registro del dominio del Órgano de Administración Judicial (OAJ) por parte de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) plantea varias preocupaciones sobre la independencia del Poder Judicial en México.
La ATDT, cuyo liderazgo está a cargo de José Merino y que opera bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, no tiene injerencia legal en el ámbito del Poder Judicial, que se espera que funcione de manera autónoma y por su propio derecho. El registro del dominio oaj.gob.mx por esta agencia, tres días antes de la instalación del OAJ, plantea dudas sobre la neutralidad y el respeto a la autonomía que debe tener este nuevo organismo, el cual sustituye al Consejo de la Judicatura Federal.
Por lo general, el Poder Judicial de México tiene la capacidad de gestionar su propia presencia en línea, como lo demuestra el hecho de que previamente el Consejo de la Judicatura Federal había gestionado el dominio cjf.gob.mx, y la Suprema Corte de Justicia de la Nación gestiona su propio dominio (scjn.gob.mx).
El hecho de que la ATDT ahora tenga derechos sobre el registro del dominio del OAJ puede interpretarse como una injerencia gubernamental en un área que debería ser independiente, lo que podría afectar la percepción pública sobre la imparcialidad del Poder Judicial. La agencia tiene la capacidad de administrar y potencialmente controlar este dominio, lo que podría influir en la forma en que se presenta y opera el nuevo organismo.
Este tipo de acciones a menudo generan inquietud en el ámbito de la justicia y la administración pública, ya que la independencia del Poder Judicial es crucial para mantener un equilibrio saludable en el sistema de gobierno y para asegurar la confianza de los ciudadanos en el estado de derecho.