El operativo de desalojo en Tepoztlán, que tuvo lugar tras más de seis décadas de ocupación por comercio semifijo y ambulante, ha generado una gran controversia. La decisión de recuperar la plaza cívica y una calle contigua busca mejorar los espacios públicos, según lo informado por las autoridades locales y la asamblea comunitaria. Sin embargo, la manera en que se llevó a cabo el desalojo ha sido cuestionada.
Durante dos operativos —uno en la madrugada del viernes y otro en la noche— se retiraron los puestos de venta, lo que dejó a muchos comerciantes sin su principal fuente de ingresos. Se estima que en el primer operativo participaron aproximadamente 400 personas, incluidos diversos cuerpos de seguridad. Los comerciantes han denunciado que el desalojo fue violento, afirmando que hubo agresiones y disparos al aire.
Las quejas de los comerciantes resaltan su preocupación por la falta de alternativas para seguir trabajando, lo que ha afectado directamente su sustento y el de sus familias. Ante esta situación, las autoridades estatales han anunciado que en 2026 se destinarán recursos adicionales para la mejora de la imagen urbana del Pueblo Mágico, aunque muchos comerciantes ven esto como insuficiente en comparación con el impacto inmediato que ha tenido el desalojo en sus vidas.